Introducción
Desde que se declaró el Estado de Alarma el pasado 14 de marzo, la palabra ERTE ha estado en boca de todos. Siendo el Expediente Temporal de Regulación de Empleo, una de las soluciones más recurrentes de las empresas para solventar la crisis económica y sanitaria provocada por el COVID-19.
Dicha medida permite aliviar los costes salariales y reducir el trabajo de sus plantillas, así como suspender de manera temporal los contratos de sus trabajadores. A continuación, se explica más en detalle qué es un ERTE, tipos de ERTE y cómo afecta al trabajador, entre otros temas.
Qué es un ERTE
El ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) es una medida de flexibilidad laboral para empresas. Da la capacidad de reducir o suspender los contratos de trabajo.
Los trabajadores de la empresa continúan vinculados a ella, no cobran, no generan vacaciones ni pagas extras mientras estén fuera de su trabajo. Esta medida está contemplada en el Artículo 47 “Suspensión del contrato o reducción de jornada por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción o de fuerza mayor” de la Ley del Estatuto de los trabajadores.
La duración de dicha medida será temporal. Por lo tanto, no existen plazos mínimos ni máximos en cuanto a su duración. Es la empresa la que tendrá la obligación de especificar cuál será el periodo estipulado.
En la situación actual debido al Coronavirus, los casos de ERTE que se han solicitado por las empresas son todos por fuerza mayor y no por otros motivos.
Tipos de ERTE
Según la legislación, las empresas con sede en España se pueden acoger a dos tipos de ERTE según su casuística:
- Reducción de la actividad laboral: Se modifica el contrato del trabajador, reduciendo la jornada laboral. La persona afectada podrá solicitar la prestación por desempleo correspondiente al porcentaje de jornada inactiva. En dicho caso, la parte de jornada que se deja de trabajar y de cobrar, se complementa solicitando la prestación por desempleo correspondiente a dicha parte.
- Suspensión de la actividad laboral: Significa el suspenso de la jornada laboral durante el periodo de aplicación del ERTE. Durante este periodo se podrá solicitar el 100% de la prestación por desempleo. El paro se calculará teniendo en cuenta la media cobrada en los últimos seis meses.
ERTE durante el Estado de Alarma
Este caso es excepcional, debido al COVID-19, el Gobierno ha decretado que cualquier persona podrá cobrar el paro mientas estemos bajo el Estado de Alarma. Quiere decir, que dicha prestación podrán solicitarla aquellos trabajadores que no hayan cotizado el mínimo, y por lo tanto, podrán beneficiarse de la prestación.
Durante este periodo, las prestaciones utilizadas durante la suspensión laboral no se contabilizarán como consumidos, es decir, no afecta a lo que tienes acumulado de paro. Esto favorece a todas las personas que en un futuro quieran solicitar esta ayuda. Además, esta solicitud exime a las empresas de pagar los las cotizaciones sociales.
Ya son casi 3,5 millones de trabajadores afectados en España por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en mayo de 2020. Ya sea por una situación de ERTE de suspensión total o parcial.
Cómo afecta el ERTE a los trabajadores
Desde un punto de vista económico impacta de lleno en la economía diaria de los afectados. Nadie te explica cómo debes afrontar, económicamente hablando, un estado de alarma, es algo que tendrás que autogestionar por ti mismo para poder reducir si impacto al mínimo.
Son muchos los que han perdido su trabajo, completo o parcial en cuestión de días y tienen que reorganizar su economía, pedir ayudas para autónomos o moratorias en su hipoteca.
Teniendo derecho a una pensión por desempleo que será el 70% de la base reguladora durante los primeros seis meses y del 50% el tiempo restante. Las cantidades reguladas por el SEPE tienen sus topes: 1.098 euros para las personas sin hijos a su cargo, 1.298 euros para las que tienen un hijo y 1.411 euros para las que tienen dos o más hijos.
A día de hoy, el ERTE se amplía hasta el 30 de junio, pero se desvincula del estado de alarma. No obstante, se prevé una revisión de la prórroga por sectores a partir del 30 de junio.
Desde un punto de vista psicológico, el impacto de un ERTE es parecido al de un ERE o al de una persona que está desempleada, con matices. Existe una esperanza (a veces sin fundamento) de que después de un ERTE (al ser temporal) todo volverá a la normalidad. Lo cierto es que, tras el ERTE actual, muchos de los afectados podrán recuperar su empleo con normalidad…pero otros muchos no podrán hacerlo. Esto implica que la tasa de desempleo empezará a subir y habrá una mayor competencia para volver al mercado laboral superior a la actual.
Cómo afecta un ERTE a las inversiones
Es evidente que el impacto de un ERTE a las inversiones es importante. Se puede distinguir en dos aspectos, primero la falta de confianza en el sistema actual, que conlleva el aseguramiento de liquidez por parte de los inversores. Por otro lado la reducción de la capacidad de inversión por parte de los mismos, lo que conlleva la reducida o no posibilidad de posicionarse en nuevas empresas o proyectos.
Ya se ha visto como empresas nacionales están empezando a recortar dividendos a sus accionistas, por lo que la renta variable se enfrenta a un periodo de desconfianza y posiciones en corto previsibles a medio plazo. Y es que la falta de liquidez es una de las mayores preocupaciones de las grandes corporaciones durante los próximos meses.
Datos Económicos
Se ha aprobado la extensión del ERTE por fuerza mayor, ya que afecta a más de 3,5 millones de empleados suspendidos laboralmente por la crisis sanitaria, la cual ha sido prorrogada ya en varias ocasiones.
Los costes para sostener el mercado laboral y evitar despidos son elevados. Las nóminas por desempleo del Ministerio de Trabajo se han más que duplicado hasta 5,2 millones de beneficiarios, lo que conlleva a 4.500 millones de euros.
Se estima que el coste de los ERTE a lo largo de esta crisis se eleve a 18.000 millones de euros con un total de 4 millones de afectados.
Como parte positiva, casi 1,2 millones de autónomos han cobrado la prestación por cese de su actividad. Un total de 442.000 autónomos y PYMES se han acogido a la posibilidad de aplazar el pago de hasta 30.000 euros durante seis meses. Estos datos no son del todo buenos, ya que uno de cada tres empleados no trabajará durante este segundo trimestre.
Lo mismo les ocurrirán a muchas de las empresas que se han visto obligadas a cerrar o que han entrado en concurso de acreedores. Sólo en el mes de marzo se han perdido 100.000 empresas, un 7,4% del total de empresas existentes.
Por consiguiente, la previsión augura un proceso lento de recuperación de la economía que empezará a ver la luz a finales de 2021.
Cómo nos afecta a nosotros
En nuestro caso, a Pat le ha afectado el ERTE de reducción de jornada, aunque por suerte esto solo le supone una reducción parcial del salario del 25%, podría haber sido peor. A Jota también le va a afectar la situación actual y su empresa ya está negociando las condiciones de un ERTE a partir de junio.
Hemos tenido que adaptar nuestros cálculos para continuar con la estrategia hacia la libertad financiera. Esto quiere decir que, los porcentajes del ahorro aplicados a la inversión de productos financieros serán menores durante los meses que estemos afectados por el ERTE.
Conclusiones
Viendo la inestabilidad que nos está generando el Estado de Alarma y nuestras empresas lo más sensato es ir con cautela y paso a paso.
No sabemos cuánto durará la prórroga del ERTE y si las empresas podrán soportar todos los costes una vez abran sus puertas. Ya que es difícil que vuelvan a generar tanta producción como para volver a su actividad y números habituales.
¿Crees que habrá una subida del desempleo después del Estado de Alarma? ¿Crees que alargarán la duración del ERTE? ¿Serán suficientes las ayudas propuestas por el Gobierno para empresas y autónomos? Si en varios meses volvemos a tener un repunte del virus… ¿Nos volverá a afectar de la misma manera? ¿Cuánto tiempo tardará en remontar la economía?
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