Bienvenidos a Sin Miedo a Invertir

 ¿Por qué empezamos Sin miedo a Invertir?

Llevaba pocos meses en Madrid, con un contrato regular para ser la capital, con 50€ ahorrados. Debido a la poca conciencia de ahorro que tenía y a todos los trabajos precarios que he ido teniendo como Ingeniera.

Recuerdo aquel día, en un banco en el Mercado de la Cebada, en ese momento en el que Jota me habló sobre la libertad financiera. Como podía tener una conciencia de ahorro, existían las criptomonedas y medios para invertir lo poquito que iba dejando en el banco (sin ningún rendimiento). En ese momento yo le miré con una cara extraña, como si me hablase en un idioma totalmente distinto al mío. En ese mundo en el que pensaba que lo mejor era tener mis ahorros en el banco, en un sobre que pusiera “ Cositas de Pat” o bajo el colchón.

Accedí a escucharle, a entender todo el conocimiento que él tenía después de varios años informándose. Creando poco a poco su libertad financiera a base de ser una hormiguita paciente, todo lo contrario, al pensamiento del 80% de nuestra generación y por qué no decirlo, de los españoles.

Aprendizaje continuo

Aprendimos juntos cada día sobre inversiones, mercado de divisas, criptomonedas, cómo se comportaba el mercado de cara a las decisiones que tomaban los países. En como diversificar nuestros ingresos, haciendo un esquema de gastos indispensables (alquiler, comida, móvil…) y otros gastos no tan indispensables (cenas, salidas, ropa…)

Esto no quiere decir que viviésemos bajo mínimos, al revés, salíamos todos los fines de semana, visitábamos a familiares y amigos siempre que queríamos. Comprábamos lo necesario para nuestros hobbies y planificábamos nuestros viajes a nuestra manera, pero siempre con cabeza y conciencia.

Al año cambio la situación laboral de Pat y le dio una vuelta al pensamiento de, los ahorros “bajo el colchón”. Somos dos personas con una buena situación laboral y económica, con mucho camino por recorrer, proyección en nuestras carreras profesionales y proyectos que crear juntos.

Empezamos a pensar qué motivaciones teníamos los dos, que proyecto de vida teníamos en mente, como queríamos trabajar en un futuro y ambos coincidimos…Llegamos al punto de inflexión, nos dimos cuenta de que teníamos que cambiar la forma de ver nuestro futuro y ejecutar nuestra idea. Por una vez estábamos de acuerdo en algo 😊

No queríamos trabajar hasta los 65 años, dependiendo económicamente de una empresa y trabajando por cuenta ajena. Pendiente de contentar al jefe y sus objetivos (muy diferentes a los nuestros, por cierto) y seguir siendo un número más en una lista sin nombre ni cara.

Queremos volver a nuestra tierra en un futuro, invertir en lo que realmente nos gusta, viajar cuando nos apetece y no solo en temporada alta, porque es cuando tenemos mayor libertad para hacerlo y más flexibilidad. No queremos estar horas pegados a un ordenador sin saber qué hora es o si es fin de semana. No estar en la incertidumbre diaria de si nos van a echar de la empresa donde trabajamos o si ésta está planeando un ERTE. (más de uno estáis viviendo o lo habréis vivido en varias ocasiones y sobre todo si trabajáis en España).

Situación actual

Debido a los cambios que están ocurriendo recientemente a nivel global y local, el cual más de uno se está viendo afectados. Hemos tenido que modificar y adaptarnos a un nuevo plan, sin perder nuestro objetivo.

En el caso de Pat, se ha visto afectada a nivel profesional por un ERTE en la empresa. Reduciendo su jornada laboral, lo que le ha afectado, no solo económicamente, si no anímicamente debido a la incertidumbre que ha conllevado el impacto del Coronavirus en el día a día.

Jota no se ha visto afectado por ningún cambio económico importante en su empresa, por lo que hace que estemos algo más “tranquilos”.

No obstante, el adaptarnos a esta nueva situación no nos ha desanimado ni mucho menos, ha hecho que tengamos más ganas.